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La administración sofisticada del transporte de productos químicos requiere superar el uso básico del GPS: implica incorporar análisis predictivos, seguimiento digital detallado y una mentalidad enfocada en la seguridad y la sustentabilidad para evitar peligros y robustecer la posición competitiva.
En la entrega inicial de este artículo, examinamos los fundamentos esenciales del control de la rapidez y la gestión de flotas enfocadas en el transporte de materiales peligrosos y químicos. Se analizó cómo las regulaciones tanto en Chile como a nivel global han incrementado su rigurosidad, demostrando que los sistemas GPS convencionales o las soluciones de seguimiento genéricas ya no son suficientes. Actualmente, el enfoque debe ser más amplio. La gestión contemporánea no se restringe a respetar los límites de velocidad o indicar la posición de un camión: exige una perspectiva completa que prediga peligros ocultos, utilice la potencia de la información, asegure la trazabilidad requerida por autoridades y clientes, y convierta la seguridad en un activo estratégico y cultural dentro de la empresa.
El transporte de materiales riesgosos constituye una pieza extremadamente delicada en la estructura logística. Una equivocación mínima puede generar impactos irreparables a nivel humano, ecológico y de imagen. Ante esto, la meta de las compañías no es solo responder a los incidentes, sino más bien evitarlos mediante software inteligente, resoluciones fundamentadas en datos y una mentalidad organizacional enfocada en la protección absoluta. Por lo tanto, en esta segunda parte, analizaremos los puntos que a menudo se ignoran en la rutina operativa, pero que resultan cruciales para una gestión exitosa y avanzada: los riesgos que no se ven, la transición hacia la analítica predictiva, la importancia estratégica de adherirse a las normas y, por último, cómo establecer una cultura de seguridad y sustentabilidad que beneficie tanto la operación de la flota como el vínculo con los clientes y la sociedad.
Al referirse al transporte de materiales de riesgo, la atención se centra habitualmente en la rapidez, el recorrido y la señalética. No obstante, hay elementos menos obvios que afectan directamente la seguridad operativa y que, frecuentemente, provocan los siniestros mayores. Estos elementos “ocultos” no se pueden monitorear únicamente con un GPS tradicional ni con una lista de control manual (hecha quizás en excel), sino que son variables determinantes que deben ser parte de una gestión exhaustiva.
Uno de los peligros menos considerados es el cansancio del operario. De acuerdo con la OMS y análisis de CONASET, manejar con sueño tiene efectos similares a conducir ebrio respecto a la disminución de reflejos y respuesta. En el transporte de químicos, donde la exactitud es crucial en cada movimiento, una distracción breve puede derivar en una fuga, un estallido o un choque múltiple. Si bien la legislación exige periodos de descanso y límites de manejo, muchas compañías en la práctica no tienen sistemas de control funcionales que garanticen el respeto de estas pausas. Integrar tecnología, como sensores de fatiga, telemetría para registrar el tiempo continuo al volante de los camiones y avisos automáticos, puede ser el factor decisivo entre una operación protegida y una catástrofe.
Otro elemento fundamental es la condición técnica del vehículo. Las mercancías peligrosas imponen exigencias y tensiones superiores a las del transporte regular. Un camión que moviliza material corrosivo o inflamable necesita neumáticos, suspensión y frenos en perfecto estado. No obstante, se observa que muchas flotas siguen utilizando el mantenimiento correctivo —arreglos posteriores al fallo— en vez de implementar una metodología predictiva basada en información. La tecnología tiene un rol crucial aquí: las plataformas actuales permiten seguir en vivo el deterioro de las piezas, la temperatura de los frenos, la presión de las ruedas y otros marcadores esenciales. Identificar precozmente problemas mecánicos no solo previene siniestros, sino que también disminuye gastos al eludir averías mayores.
Las circunstancias meteorológicas y del ambiente carretero representan una variable adicional de peso. Chile, dada su variada geografía, exhibe peligros específicos: vías en la cordillera con presencia de hielo y nieve, trayectos litorales con salinidad, áreas urbanas saturadas o sectores desérticos con calor extremo que comprometen la estabilidad de los productos transportados. Un sistema de gestión sofisticado debe incorporar información de tráfico y meteorológica en tiempo real para ajustar la operación del transporte a cada situación. Si un camión que lleva gases a presión pasa por un sector montañoso con temperaturas bajo cero, el software debe alertar inmediatamente sobre posibles inestabilidades o congelación. Esto también aplica a recorridos dentro de ciudades, donde entrar a áreas de alta aglomeración vehicular no solo eleva la posibilidad de accidentes, sino también el posible daño a otras personas.
Se añaden las demandas operacionales y de mercado. La necesidad de realizar entregas puntuales, la urgencia de respetar fechas límite y la obligación de asegurar la permanencia de los acuerdos contractuales crean situaciones en las que los conductores pueden verse forzados a optar por acciones peligrosas, como ir más rápido de lo permitido o acortar sus pausas. Es en este punto donde un sistema avanzado, como el ofrecido por seguridadparaflotas.cl, ofrece un balance crucial: proporciona datos concretos para respaldar las elecciones seguras ante los clientes, normaliza los procesos basándose en estándares y garantiza que la protección sea prioritaria, incluso en contextos de alta exigencia para la flota.
Finalmente, encontramos la variable cultural y de personal. La trayectoria del conductor es importante, pero no debe ser la única barrera ante peligros tan sofisticados. Si faltan procedimientos definidos, formación constante y un esquema de estímulos centrado en la seguridad, la operación siempre estará vulnerable. Si bien un operario puede equivocarse, una gestión inteligente disminuye la confianza exclusiva en su juicio personal, haciendo que cada trayecto sea un proceso respaldado por supervisión, tecnología y normas uniformes.
En conclusión, los elementos ocultos —cansancio, condición vehicular, clima, exigencias comerciales y cultura— son a menudo la clave del éxito o el fracaso en el transporte de sustancias químicas. Su detección, medición y gestión exigen instrumentos más avanzados que un simple GPS convencional. Se necesitan plataformas que puedan correlacionar diversas variables, prever peligros y apoyar las determinaciones operativas con datos verificables. Porque en este segmento de flotas, la seguridad va más allá de la observancia legal: implica la gestión proactiva de cualquier aspecto que pueda generar un riesgo, incluso si este no es visible de inmediato.
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Tecnología de punta y análisis predictivo en la gestión de flotas de alto riesgo
La gestión de flotas en el transporte de materiales peligrosos ya no se limita a rastrear la ubicación de un camión o su velocidad actual. El verdadero valor reside en la capacidad de interpretar los datos, anticiparse a los riesgos y ejercer un control preventivo antes de que ocurra cualquier percance. Este cambio de enfoque ha sido impulsado por la evolución de la telemetría avanzada y la incorporación del análisis predictivo, conceptos que, al unirse, modifican drásticamente la forma en que las empresas manejan la seguridad y la eficiencia de sus operaciones.
La telemetría de última generación no solo facilita la transmisión de información esencial como la ubicación o la rapidez, sino que también recopila una vasta gama de variables: aceleraciones, frenadas, uso del freno motor, comportamiento en curvas, temperatura de los frenos, presión de los neumáticos e incluso las condiciones internas de carga en los tanques de los camiones. El procesamiento de estos datos en tiempo real permite establecer un perfil preciso de la forma en que el vehículo está siendo operado y bajo qué condiciones. Esta exactitud resulta vital cuando se realiza el transporte de sustancias que son sensibles a variaciones bruscas de temperatura, movimientos violentos o inestabilidad.
Por otro lado, la analítica predictiva constituye el siguiente escalón en la gestión. Su función no es meramente reaccionar a una alerta inmediata, sino identificar patrones dentro del historial de conducción para pronosticar peligros futuros. Por ejemplo, si un chofer acumula una serie de conductas de riesgo —como excesos de velocidad continuos, frenazos repentinos o desvíos no autorizados— el software puede calcular la probabilidad de un incidente en la próxima ruta. De igual forma, si un camión muestra anomalías repetitivas en la temperatura de sus frenos, la plataforma puede avisar con antelación la necesidad de un mantenimiento preventivo, evitando así un accidente durante la operación.
Aquellas compañías que han adoptado esta capa superior de gestión entienden que el beneficio no solo radica en disminuir los accidentes, sino también en optimizar los costos de operación y fortalecer su posición competitiva. La información proyectada permite ajustar los recorridos, asignar los conductores de manera más estratégica y programar mantenimientos basándose en evidencia, lo que evita gastos superfluos o paralizaciones imprevistas por fallas.
Entre las características más destacadas que ofrecen estas plataformas modernas se encuentran:
Alertas inteligentes personalizadas: no solo avisan cuando se sobrepasa un límite, sino que aprenden de la conducta de cada flota y ajustan las notificaciones según el tipo de carga, el trayecto y las condiciones externas.
Paneles de control predictivos (Dashboards): brindan una perspectiva general de los riesgos venideros, mostrando tendencias y las probabilidades de percances basadas en datos históricos.
Interconexión con sensores especializados: desde hardware que utiliza tecnología gps para medir la velocidad hasta dispositivos que miden la vibración y la presión interna, todo integrado en un único sistema.
Simulación de escenarios: permite visualizar qué sucedería ante la conjunción de factores críticos, como la alta velocidad en una curva con exceso de peso, y así sugerir acciones de prevención.
Creación de Indicadores Clave de Desempeño (KPIs) de seguridad: facilitan la evaluación del rendimiento de conductores y vehículos, transformando los datos en métricas claras para la toma de decisiones estratégicas.
El impacto de esta tecnología se nota no solo en la seguridad, sino también en la disminución de pérdidas económicas. Según cifras de la CONASET, entre 2021 y 2023, más del 70 % de los siniestros con cargas peligrosas en Chile estuvieron relacionados con la velocidad excesiva o la pérdida de control del vehículo. Implementar análisis predictivo podría haber prevenido una gran parte de estos casos al identificar los patrones de riesgo antes de que sucedieran, algo que el uso de planillas excel no permite. Lo mismo aplica a los costos de mantenimiento: detectar anomalías tempranas en frenos o neumáticos puede significar un ahorro del 30 al 40 % en comparación con las reparaciones mayores posteriores a un incidente.
Adicionalmente, la analítica predictiva posibilita la edificación de una cultura de mejora continua en las empresas. Al disponer de reportes claros y objetivos, es viable capacitar a los conductores basándose en información real, y no en suposiciones. Un chofer que recibe retroalimentación específica sobre sus maniobras de riesgo entiende que la evaluación se sustenta en datos precisos y no depende de la subjetividad de un supervisor. Esto no solo genera confianza, sino que promueve modificaciones conductuales duraderas.
La fusión de telemetría y analítica también fortalece la relación con los clientes y entes fiscalizadores. Las compañías de transporte de sustancias peligrosas pueden demostrar con datos verificables que cumplen rigurosamente con los protocolos de seguridad. Frente a una fiscalización, una licitación o un proceso judicial, disponer de evidencia digital es una ventaja inigualable. El relato ya no se basa en testimonios o registros manuales; se respalda en información objetiva y protegida que certifica cada decisión tomada en la ruta.
Un punto clave es la integración de estas plataformas de gestión de flota con sistemas externos: información meteorológica en tiempo real, inteligencia de tráfico, mapas de riesgos geográficos, e incluso sistemas de planificación de recursos empresariales (ERP). Esta interoperabilidad asegura que las decisiones no se tomen de forma aislada, sino con una perspectiva global de la operación. Si un tramo del trayecto presenta condiciones climáticas extremas, el sistema puede reprogramar el viaje automáticamente, ajustar los límites de velocidad permitidos o alertar a los supervisores para que adopten medidas complementarias.
En resumen, la telemetría avanzada y la analítica predictiva representan la evolución lógica en la gestión y control de flotas de alto riesgo. Ya no es suficiente reaccionar a los eventos en la carretera: es imperativo anticiparse, proyectar escenarios y actuar antes de que un riesgo se concrete. La tecnología existe y está disponible, pero su verdadero valor se manifiesta cuando se incorpora a la estrategia operativa de la empresa, convirtiendo los datos en acciones concretas que protegen vidas, disminuyen costos y consolidan la reputación corporativa.
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La observancia legal, las fiscalizaciones y la importancia estratégica de la trazabilidad electrónica
Para el transporte de mercancías peligrosas, la adherencia a la normativa no constituye una mera formalidad administrativa, sino el pilar que fundamenta la totalidad de la actividad. En Chile, disposiciones como el Decreto Supremo N°298 y otras reglas específicas del sector demandan niveles estrictos que cubren desde la identificación de los vehículos hasta los límites de velocidad, los trayectos permitidos y los documentos necesarios para cada traslado. Sin embargo, sobrepasar la exigencia legal mínima permite a las compañías de transporte de químicos o elementos riesgosos entender que la trazabilidad digital se transforma en un recurso estratégico: un elemento clave para aprobar fiscalizaciones, postular a licitaciones y fortalecer la credibilidad ante los clientes y entes de control.
El principal reto surge debido a que tanto las entidades reguladoras como los importantes clientes industriales no solo esperan que las organizaciones “obedezcan” las reglas, sino que también sean capaces de probar dicha obediencia con información contrastable. Es aquí donde los apuntes manuales o las herramientas sencillas de seguimiento resultan insuficientes. Una hoja de cálculo (excel) incompleta, un sistema GPS que carece de respaldo o un cuaderno de ruta anotado a mano no satisfacen los requerimientos de una fiscalización que exige trazabilidad confiable e inmediata. La clave entre obtener o no un acuerdo significativo radica en la habilidad de demostrar, de forma electrónica y objetiva, que cada camión mantuvo la velocidad adecuada, usó el recorrido permitido y respetó los descansos obligatorios.
Los software avanzados de gestión de flotas, como los ofrecidos por seguridadparaflotas.cl, facilitan la transición de una metodología reactiva hacia una proactiva y verificable. Cada trayecto es grabado minuciosamente y resguardado contra posibles modificaciones, ofreciendo soporte legal si ocurre un siniestro, una revisión o un conflicto contractual. En vez de basarse en afirmaciones o informes postergados, la empresa dispone de una evidencia digital sólida que certifica cada desplazamiento de su flota.
Dentro de las ventajas más destacadas de la trazabilidad electrónica enfocada en el control y las fiscalizaciones, se incluyen:
Información imparcial y contrastable: todos los registros de velocidad, recorrido, detención o acción quedan grabados y asegurados, previniendo análisis personales o alteraciones futuras.
Informes automáticos para fiscalizaciones: el software puede producir reportes específicos requeridos por entidades de control o mandantes, detallando con exactitud la información de cada transporte.
Disminución de peligros judiciales: si sucede un percance, tener registros electrónicos robustece la posición de la organización y disminuye la probabilidad de multas indebidas.
Incremento de la ventaja en concursos públicos: sectores industriales mayores (como minería, energía o farmacia) aprecian que los proveedores de transporte puedan exhibir un control sofisticado de su labor, resultando en mayores oportunidades de obtener acuerdos.
Vínculo optimizado con compañías de seguros: la habilidad de probar una gestión anticipada puede incluso rebajar el valor de las primas, al demostrar niveles de riesgo inferiores.
Sin embargo, la trazabilidad electrónica no se restringe únicamente al ámbito legal. Su potencial estratégico emerge al vincularse con la gestión comercial y operativa. Una organización que exhibe claridad y control absoluto no solo respeta las disposiciones; también forja credibilidad con mandantes que necesitan seguridad en un rubro tan delicado como el transporte de sustancias químicas. En un entorno comercial donde cualquier falla podría provocar noticias negativas y dañar la imagen de toda la cadena de suministro, esta apertura se vuelve un diferenciador.
Por poner un caso, durante una fiscalización de seguridad, no es suficiente declarar que los choferes acataron los topes de velocidad. Mediante un software especializado, la empresa de flotas puede exponer gráficos precisos que prueban en qué secciones disminuyeron la velocidad, el momento exacto de las detenciones reglamentarias y la reacción ante rutas alternativas o peligros meteorológicos. Algo similar sucede en los procesos de postulación: mientras que algunos rivales solo presentan ofrecimientos, una compañía con trazabilidad digital ofrece datos concretos y comprobables, lo que inspira más seguridad en mandantes y organismos de control.
Un punto crucial es que la trazabilidad digital consolida la capacidad de adaptación empresarial. Las organizaciones que poseen herramientas de registro imparcial no confían en el recuerdo o en la opinión personal. Si se produce un siniestro, pueden recrear detalladamente los hechos, quién estaba al volante, qué maniobras se realizaron y cómo respondió el sistema GPS de alertas. Esta habilidad de reconstruir no solo es útil para la protección legal, sino también para extraer lecciones y optimizar los procedimientos internos.
Otra ventaja adicional de la trazabilidad digital reside en la capacidad de interacción. Los software actuales posibilitan unificar la información de la flota y el transporte con sistemas de gestión de calidad, seguridad ocupacional o medioambientales. De esta forma, una compañía puede mostrar en un único informe cómo su operación satisface a la vez las regulaciones de transporte, los criterios ecológicos y las políticas de prevención de riesgos. Esta unificación es fundamental para los sectores que deben afrontar fiscalizaciones amplias y requieren pruebas irrefutables para mantener sus certificaciones globales.
Finalmente, la adherencia a la norma y la trazabilidad incorporan un factor de imagen. En un escenario donde las comunidades y la ciudadanía fiscalizan de cerca a las empresas que manejan materiales riesgosos, la posibilidad de exhibir responsabilidad y claridad constituye un valor inmaterial pero de gran trascendencia. Una organización que logra probar con cifras su dedicación a la seguridad no solo elude multas, sino que robustece su posicionamiento ante clientes, entes reguladores y el público general.
La observancia legal en el transporte de mercancías peligrosas debe dejar de considerarse un requisito básico para ser vista como una ventaja estratégica. La trazabilidad digital capacita a las empresas para pasar de “obedecer para eludir castigos” a cumplir para cimentar confianza, resiliencia y competitividad. En un rubro donde la seguridad y la imagen corporativa van de la mano, disponer de software que registren, resguarden y notifiquen cada dato no es meramente una acción técnica: es el seguro de la permanencia operacional y de la expansión sólida en un mercado de Chile que es cada vez más demandante.
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Seguridad y sustentabilidad organizacional: transformando gastos invisibles en beneficios clave
Al momento de adoptar sistemas de gestión avanzados para el transporte de materiales peligrosos, gran parte de las organizaciones se concentra inicialmente en el precio de la solución tecnológica. No obstante, la interrogante fundamental no es el valor de instalar sensores, plataformas digitales o avanzados sistemas de telemetría GPS, sino el alto precio que paga una empresa al carecer de ellos. Los gastos no visibles derivados de una gestión deficiente —como siniestros, sanciones, quiebres contractuales, deterioro de la imagen y multas ambientales— exceden significativamente cualquier gasto en medidas preventivas. Más allá de la esfera financiera, la consecuencia más profunda radica en edificar una cultura de seguridad y sostenibilidad, donde la prevención se vuelve un activo estratégico y la tecnología un socio de confianza para la gestión de flotas.
Los gastos indirectos dentro de este sector industrial son especialmente elevados. Una simple sanción por no acatar la normativa puede implicar sumas millonarias, y un siniestro que involucre camiones con sustancias peligrosas acarrea no solo compensaciones y mermas de mercancía, sino también litigios, detención de faenas y un perjuicio irreversible a la imagen corporativa. Cifras proporcionadas por la CONASET indican que, en Chile, entre 2021 y 2023, cerca del 40 % de los incidentes con mercancías riesgosas resultaron en penalizaciones legales y perjuicios a terceros, confirmando que el peligro económico y social es tangible y constante. Adicionalmente, la fiscalización por parte de las comunidades y entidades ecológicas se ha intensificado, provocando que los emprendimientos con antecedentes de fallas encuentren obstáculos para conseguir autorizaciones, extender acuerdos o preservar la lealtad de sus clientes principales.
Es en este punto donde la seguridad se posiciona como un pilar de la cultura corporativa. Una organización que implementa sistemas sofisticados de control y seguimiento no solo está desembolsando capital en tecnología; está comunicando de forma explícita a su personal, a sus consumidores y al entorno que la seguridad es un principio fundamental y no meramente un requisito legal. Esta evolución cultural se refleja en choferes que asimilan procedimientos óptimos, en jefes de área que fundamentan sus decisiones en información precisa y en altos mandos que conciben la protección como una base esencial para la sustentabilidad y persistencia operacional.
Alcanzar esta mentalidad enfocada en la seguridad requiere la integración de tres elementos clave:
La prevención como eje estratégico: comprender que destinar recursos a la monitorización inteligente no es un desembolso, sino el resguardo de bienes, acuerdos comerciales e imagen corporativa.
La claridad como ventaja de mercado: certificar ante usuarios y fiscalizadores, mediante registros digitales, que la compañía no solo satisface, sino que excede las normas requeridas.
Formación permanente: aprovechar la información generada por el software para instruir a los operadores y consolidar prácticas operacionales seguras basadas en hechos comprobados, y no en meras suposiciones.
A lo anterior se añade el factor de la sostenibilidad, una idea que cobra creciente relevancia en el rubro logístico y químico. El transporte seguro de elementos riesgosos no solo minimiza la ocurrencia de siniestros, sino que también atenúa el impacto ecológico de la actividad. Un escape químico, la liberación de gas o un fuego con componentes inflamables genera daños permanentes en los hábitats naturales y en la salud colectiva. Por ende, la integración de sistemas que evitan estas situaciones constituye, por definición, una acción de sustentabilidad ecológica.
Sin embargo, la sustentabilidad se manifiesta además en la eficiencia operativa de la flota. Soluciones de gestión y control, como las ofrecidas por seguridadparaflotas.cl, posibilitan mejorar los recorridos, disminuir el gasto superfluo de combustible y limitar el tránsito innecesario por vías concesionadas. Estos cambios, junto con la disminución de siniestros gracias al uso de tecnología GPS, se traducen en un descenso notorio de las emisiones y de los gastos. En un contexto global donde los consumidores e inversionistas valoran cada vez más los criterios ESG (ambientales, sociales y de gobernanza), la capacidad de evidenciar una operación responsable y segura representa un verdadero diferencial competitivo.
Desde la perspectiva ciudadana, el control, la seguridad y la sostenibilidad son también un requisito de aceptación social. Una compañía que prueba prevención, transparencia y un estricto control operativo genera credibilidad en las áreas que atraviesa. En cambio, aquellas organizaciones que participan en incidentes pierden de inmediato la aprobación para ejercer sus actividades de transporte. Actualmente, el movimiento de materiales peligrosos está más que nunca bajo la lupa de la ciudadanía, las entidades reguladoras y la prensa, lo que elimina cualquier espacio para actuar sin planificación.
La tecnología juega un papel fundamental en esta transformación cultural. Los sistemas avanzados hacen que la seguridad y la sustentabilidad pasen de ser ideas etéreas a ser acciones tangibles fundamentadas en información. Cada aviso generado automáticamente, cada informe de velocidad, cada entrada de mantenimiento preventivo (datos que superan el manejo tradicional en excel) es un indicativo del compromiso de la empresa con algo superior a la mera entrega de mercancía: se compromete con la protección de la vida, el medio ambiente y la fidelidad de aquellos que dependen de su servicio.
El principal reto para las organizaciones es asumir que este cambio no se logra de manera instantánea. Exige liderazgo, capital y, esencialmente, consistencia. Una cultura de sustentabilidad y seguridad se forja cuando cada estamento de la compañía —desde el chofer de camiones hasta la alta dirección— aprecia el beneficio de las acciones preventivas y las integra como rutina laboral. En este contexto, seguridadparaflotas.cl proporciona no solo software y tecnología, sino también una plataforma que permite mantener y robustecer dicha cultura, impulsando la formación, la claridad y la coordinación entre todos los participantes de la cadena de flota logística.
En resumen, el transporte químico responsable va mucho más allá de eludir sanciones o disminuir la tasa de siniestros. Se trata de establecer un nivel operacional de excelencia, en el cual la anticipación sustituye a la respuesta, la información objetiva sustituye a las suposiciones, y la seguridad junto con la sostenibilidad se transforman en beneficios de mercado que garantizan la permanencia empresarial y el robustecimiento de la imagen.
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